Zohran Mamdani: el primer alcalde musulmán de Nueva York que divide al mundo
Fuente: zuma via Europa Press
La elección de Zohran Mamdani como nuevo alcalde de la ciudad de Nueva York marcó un hito histórico. A sus 34 años, el político demócrata se convirtió en el primer mandatario musulmán y surasiático en gobernar la metrópoli. Su victoria, celebrada por amplios sectores progresistas, generó repercusión internacional y reacciones que van desde la admiración hasta la preocupación.
Nacido en Uganda, hijo de inmigrantes indios y criado en Estados Unidos, Mamdani representa a una nueva generación de líderes que combinan activismo social con una agenda centrada en la igualdad y la justicia económica. Durante su campaña prometió abordar el costo de vida, promover la vivienda asequible y avanzar hacia un sistema de transporte público gratuito.
Su mensaje logró conectar con votantes jóvenes y diversos, que vieron en él a un dirigente auténtico y cercano. Pero su ascenso trascendió las fronteras estadounidenses y se convirtió en un fenómeno global.
Un fenómeno político que cruza fronteras
Desde Nueva Delhi hasta Dakar, pasando por Estambul, Jerusalén o Berlín, la figura de Mamdani fue interpretada como reflejo de las tensiones culturales y políticas del siglo XXI. En la India, país de origen de sus padres, su victoria fue recibida con entusiasmo por jóvenes urbanos que lo consideran un referente de cambio. Sin embargo, sectores del partido gobernante Bharatiya Janata Party (BJP) recordaron que el alcalde había calificado tiempo atrás al primer ministro Narendra Modi como “criminal de guerra”.
En África también fue celebrado. En Senegal, el profesor Diome Faye anunció que incluirá su historia en sus clases de literatura estadounidense como ejemplo del “sueño americano”. En Uganda, su país natal, algunos lo destacaron como un símbolo de inspiración para la juventud.
En contraste, en Israel su elección generó inquietud debido a sus críticas hacia la política del gobierno israelí respecto a Palestina. Pese a ello, Mamdani fue claro en su discurso de victoria:
“Nuestra administración estará firme junto a los judíos neoyorquinos y no vacilará en la lucha contra el antisemitismo”, afirmó.
En Europa, los medios destacaron su perfil multicultural. En Alemania subrayaron que sus propuestas sobre vivienda y transporte coinciden con políticas socialdemócratas europeas. En Francia e Italia, su figura dividió opiniones entre quienes lo ven como un símbolo de renovación y quienes lo asocian a una “izquierda woke e islamista”.
Entre el fútbol y la política
Mamdani, además de político, es un apasionado del fútbol. A los 21 años se convirtió en accionista del Real Oviedo, club español al que apoyó en 2012 durante una campaña para salvarlo de la quiebra. Tras conocerse su triunfo electoral, la institución asturiana lo felicitó públicamente en redes sociales:
“¡Enhorabuena por tu victoria! Desde hoy, Nueva York ya tiene un poco más del azul del Real Oviedo”, publicó el club.
Fanático del Arsenal, Mamdani ha impulsado también iniciativas vinculadas al deporte. En septiembre lanzó la campaña Game over Greed (“El juego por encima de la codicia”), en la que exige a la FIFA reservar una parte de las entradas del próximo Mundial 2026 —que tendrá sedes en Estados Unidos— para los residentes de Nueva York, además de limitar la reventa de boletos.
“El Mundial llega a Nueva York en menos de un año y quiero que todos puedan disfrutarlo, no solo quienes pueden pagar precios abusivos”, sostuvo.
Un símbolo de cambio
Más allá de la controversia que despierta, Zohran Mamdani se convirtió en un referente global de una generación que exige transformaciones profundas. Su historia —de hijo de inmigrantes a alcalde de la ciudad más influyente del mundo— resume el poder de la diversidad y la persistencia del ideal del sueño americano.