Uruguay a un paso de legalizar la eutanasia

Montevideo. El Parlamento uruguayo avanza esta semana en la discusión de un proyecto de ley que busca despenalizar la eutanasia activa para personas adultas con enfermedades incurables o sufrimientos insoportables. De aprobarse, el país se convertiría en el tercero de América —tras Colombia y Canadá— en regular esta práctica, con un marco legal considerado el más completo de la región.
El texto, impulsado por el diputado y médico Luis Gallo (Frente Amplio) y respaldado por parte del Partido Colorado, detalla los requisitos y el procedimiento para solicitar la eutanasia, e introduce la intervención de una junta médica en caso de discrepancia entre los dos profesionales que evalúan la solicitud.
“Seríamos el primer país de Latinoamérica con un marco regulatorio integral que define el contexto, la definición y el procedimiento, y elimina el delito”, señaló el diputado Federico Preve Cocco (FA).
Cinco años de debate y cambios clave
La propuesta actual es fruto de un largo recorrido:
- 2020: Primer impulso legislativo tras el caso de Fernando Sureda, exgerente de la AUF con ELA, que pidió legalizar la eutanasia.
- 2022: Aprobada en Diputados pero frenada en el Senado por falta de apoyos.
- 2024: Nuevo Parlamento, nuevo texto y mayor consenso transversal.
La ley permitiría acceder al procedimiento a ciudadanos y residentes habituales, siempre que sean psíquicamente aptos y atraviesen la fase terminal de una enfermedad irreversible o padezcan sufrimientos que no puedan aliviarse.
Un mapa regional fragmentado
En América, solo Colombia (desde 1997) y Canadá (desde 2016) tienen marcos legales para la eutanasia activa. En otros países, como Ecuador y Perú, se han autorizado casos específicos por vía judicial, mientras que la mayoría mantiene la prohibición.
En Chile, un proyecto aprobado en Diputados en 2021 permanece detenido en el Senado. Argentina y México cuentan con leyes de “voluntad anticipada”, pero no habilitan la eutanasia activa. En países como Brasil, Paraguay o Guatemala, la práctica sigue penada y no hay debate legislativo en curso.
Desafíos y proyección
Si Uruguay aprueba la ley, enfrentará el reto de garantizar el acceso a cuidados paliativos, prevenir abusos y encontrar consensos éticos en una sociedad plural. El desenlace en Montevideo podría influir en otros parlamentos de la región y reactivar discusiones postergadas.