29 abril, 2025

Leyendas Urbanas: La laguna de mandinga

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Se dice que el diablo se bañaba en estas aguas y salía rejuvenecido y totalmente seco. Creer o reventar.

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Rosario es una ciudad con muchas leyendas urbanas. Hoy hablaremos sobre la laguna de mandinga.

Todo se remonta a una zona entre el barrio inglés y la calle Salta, al este del cruce Alberdi. Es un triángulo que forman la avenida Alberdi, las vías del Cruce y la avenida Mongsfeld.

Cuenta la leyenda relatada en una crónica escrita en 1910 en la revista Monos y Monadas que allí existía una pequeña laguna. En las noches de invierno, a las 3 de la madrugada, llegaba mandinga y se zambullia en agua. 

Mandinga es el nombre que representa al diablo en algunas regiones de Sudamérica. Se dice que logra adquirir una apariencia de ser humano para tener más facilidad a la hora de tentar personas. Sin embargo, un fuerte olor a putrefacto delataria su verdadera identidad.

La leyenda narra que durante las más frías noches del invierno cuando daban las tres de la mañana, aparecía un individuo de aspecto siniestro, con joroba, renguera y dando horribles gritos desgarradores. Este ser se metía en el agua y permanecía allí durante media hora.

en el momento que el agua tocaba su cuerpo, esta empezaba a hervir,  producir remolinos, olas y un intenso humo. Los escalofriantes gritos causaban temor entre los que llegaban a oírlos. Al salir de la laguna, esta persona lucía completamente seca, rejuvenecida, de apariencia bella y se retiraba cantando.

En la actualidad ya no quedan rastros de la laguna, sólo el recuerdo de los vecinos que todavía siguen viviendo en la zona. 

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